Manifiesto de las Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir
"Queremos una educación liberadora, descolonizadora y antipatriarcal"
Tras señalar lo que "daña de este modelo educativo y no queremos", enumeraron los aspectos que debe reunir una educación pluridiversa, respetuosa de la cosmovisión indígena.
Las participantes del Tercer Parlamento de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir, que concluyó ayer en la localidad salteña de Chicoana, con la exigencia de abolición del chineo también debatieron en pleno sobre pluriversidad y bachilleratos plurinacionales. Se dio entonces un intercambio, en varios idiomas, sobre educación formal y estatal y educación comunitaria o para la comunalidad, concepto traído por las mujeres del Pueblo Purépecha, de Cherán, en el estado de Michoacán, México.
El diálogo tuvo momentos en los que se detuvo en el recuento de los tratos discriminatorios en el sistema formal de educación (a niñes en las escuelas, pero también a profesionales indígenas que en la administración o gestión educativa no reciben el mismo trato que las personas "blancas") y alcanzó profundidad con interrogantes sobre el concepto de educación y qué educación es buena o necesaria para los pueblos naciones indígenas.
Las conclusiones de esos intercambios se resumieron en un "Manifiesto por la Educación que queremos las mujeres y diversidades indígenas por el Buen Vivir" en el que hicieron propuestas, "para replantearnos y posicionarnos desde otro pensar y otro lugar", levantar su identidad, sus culturas, tradiciones y lenguas. "Es decir, una educación que nos permita autoreconocernos y participar en la toma de decisiones".
Y para eso, afimaron, quieren educarse en sus territorios, "para protegerlos desde conocimientos que lleven y dejen nuestra huella". "Queremos una educación liberadora, descolonizadora y antipatriarcal, que nos permita conocer nuestros derechos y ser en nuestra diversidad, y que nos permita también reconocer y definir de dónde venimos, cómo estamos y hacia dónde vamos".
Y detallaron: "Queremos educarnos en nuestros idiomas, porque eso nos ayudaría a la defensa de nuestros conocimientos, a sostenerlos y poder transmitirlos.
"Queremos educarnos con nuestros propios docentes titulados y también con nuestros sabedores y sabedoras, cuya idoneidad ya viene de sus conocimientos de nuestras culturas y no necesitan ninguna validación más que la nuestra.
"Queremos una Pluriversidad que nos abra mundos sin límites en nuestros propios territorios, al incluir nuestras memorias, nuestra espiritualidad y nuestros conocimientos sobre nuestras cuerpas, la biodiversidad, la medicina ancestral, la astronomía, la partería, las plantas y los cultivos, la gastronomía, el arte, la música, así como los trabajos en cuero, tejido, cerámica, pintura y la cestería.
"Queremos una Pluriversidad donde encontrar espacios para recuperar y practicar nuestro hacer sin sufrir criminalización.
"Queremos una Pluriversidad que nos permita reencontrarnos con nuestros ancestros y nuestras ancestras, formándonos en nuestros saberes y cosmovisiones."
No queremos
El intercambio en la reunión plenaria, la segunda del Parlamento, comenzó por lo que rechazan de la educación estatal (pública o privada), tras parlamentar "sobre lo que nos daña de este modelo educativo y no queremos".
"No queremos ser discriminadas/es y clasificadas/es en los distintos niveles educativos, porque eso nos da pocas posibilidades de formarnos comunitariamente como las personas que somos y queremos ser, desde nuestros principios y valores culturales".
"No queremos recibir una educación racista y colonial, porque eso nos acalla y nos silencia. Nos hace perder nuestra dignidad y nuestro espíritu". La lista de rechazos sigue: "No queremos una educación tradicional, eurocéntrica y enciclopedista que nos hable de falsos héroes como Colón, Sarmiento, Roca y no de nuestra Historia y Cosmovisión".
"No queremos que nos eduquen en una única lengua que nos coloniza y nos hace perder la lengua propia y nuestra identidad.
"No queremos ser excluidas/es de la toma de decisiones sobre qué y cómo estudiar.
"No queremos que el estado nos exilie de nuestros territorios para poder estudiar.
"No queremos que nos encierren en conceptualizaciones que anulan nuestra identidad y la posibilidad de criticar el saber ajeno.
"No queremos una educación separada por materias y sólo dada en el aula, porque nuestros saberes son integrales, prácticos y aprendemos haciendo.
"No queremos que el mismo estado que no nos educa en nuestras lenguas nos pida papeles para validarnos como docentes bilingües. Nuestro curriculum es nuestra espiritualidad, y nuestra lengua.
"No queremos ofertas educativas que están pensadas para nosotras y nosotres, por ejemplo, tecnicaturas en educación o salud intercultural con muchos inscriptos, y que se nos acabe excluyendo o fijando cupos limitados para quienes somos indígenas, o se nos pida pagar costos que no podemos afrontar.
"No queremos recibirnos y no encontrar trabajo o ser discriminadas/es cuando se elige a quiénes dar el puesto docente.
"No queremos que se elija siempre a los maestros criollos que tienen que preguntarle a nuestros sabedores y sabedoras para dar sus clases, y que son elegidos siempre antes que nosotras/es que también tenemos títulos habilitantes y se nos pone como auxiliares, a cuidar niñes y limpiar pisos."
¿Qué es la educación?
Las mujeres del Pueblo Purépecha, de México, que desde 2011 llevan a cabo una experiencia única de autogobierno, aportaron al intercambio sobre educación con preguntas clave: "¿Qué entiendo yo por educación para nuestras comunidades? ¿Qué es lo que entendemos por el concepto de educación?".
Son interrogantes que ayudan a darse lineamientos, explicó, porque una cosa es seguir perpetuando la educación del sistema, formal, y otra es una educación para la comunalidad o la comunidad. "Este momento es educativo", ejemplificó.
"Yo no entiendo cuando hablamos de educación para los indígenas. Quiero educación desde mi percepción indígena, una educación para mi realidad", sostuvo antes de contar que en su comunidad construyeron "un concepto de educación desvinculado del estado", en donde no hay educación indígena o educación intercultural bilingüe.
"No queremos una escuela, queremos una comunidad y el proceso educativo se da en todo momento", resaltó. Recordó que las naciones indígenas tiene una cosmogonía propia.
"Quitémonos de la cabeza que el reconocimiento venga de afuera. Nuestros conocimientos sirven, tengan o no reconocimiento", insistió. En la educación para la comunalidad o la comunidad, no interesa que un chico o chica pase de grado, interesa que estén preparados para la comunalidad, lo que requiere una formación integral.
"No importa si el estado da apoyo o no, lo que importa es el fortalecimiento de la comunidad".
En el caso de su comunidad tienen educación indígena que reparte el Estado, "pero no no nos interesa", aunque sí accecden a la educación formal, en su caso, es pedagoga y abogada, "pero esos son requisitos para jugar en el sistema". Lo que debe haber es una "educación liberadora", afirmó.
Su compañera complementó estas ideas, habló del sometimiento por la educación. Como ejemplo, contó que la Universidad Indígena Intercultural de Michoacán, "se hizo con buena intención" pero en la práctica se desnaturalizó porque se sumaron cada vez más "blancos", que tienen doctorados, y son cada vez más, y "los indígenas quedan fuera", como pasa en Salta con carreras de enfermería creadas para indígenas pero que terminan quedando fuera de ellas por la gran asistencia de personas criollas.
Además, habló del desarraigo para poder estudiar, o ejercer sus profesiones. Contó que un hijo suyo estudió, pero tuvo que migrar a Estados Unidos para poder trabajar. "Qué caso tiene, me pregunto yo, no está conmigo". Su hija y otro hijo tienen títulos, pero no tienen empleo.
"Es tan importante la vida, es tan importante nuestra vida, nuestra lengua, nuestra medicina". "En esta vida estamos de paso, sigue la muerte. ¿Por qué a veces nos preocupamos tanto por tener títulos?", interrogó.
En el extenso intercambio plenario, otras mujeres hablaron del pensamiento occidental de los docentes, que enseñan con ese corsé.
"No necesitamos títulos para enseñar a nuestros hijos, pero lamentablemente el gobierno de Salta no lo reconoce", afirmó otra. "El estado no nos enseña a nosotros nuestra lengua materna, como nos va a pedir un título", dijo una mujer tapiete.
Una mujer kolla de Jujuy habló de descolonizar y despatriarcalizar la salud, "y eso también implica la descolonizacion de la educación". Y propuso "generar y buscar estos espacios y deconstruir la educación.
El Parlamento deliberó hasta el mediodía de ayer. A esa hora se entregaron obsequios a personas que colaboraron con la organización, como acto de reciprocidad. Después hubo una ceremonia en común con la que se cerró el evento y empezó el regreso a las comunidades.