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Gómez Alcorta
17 de Mayo de 2020
"Día Internacional contra la discriminación por Orientación Sexual, Identidad y Expresión de Género"

El 17 de mayo, se cumplieron 30 años que la Organización Mundial de la Salud reconoció que ninguna orientación sexual debía ser considerada un trastorno y eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.
El discurso hegemónico, sobre la diversidad sexual y la identidad de género giró en torno a la salud mental, por considerar a la heterosexualidad como única orientación sexual válida y a ser varones y mujeres como las únicas identidades posibles y sobre todo, aceptables.
Por ello, la discriminación por orientación sexual e identidad de género es consecuencia de prácticas culturales y prejuicios muy arraigados en las sociedades, acerca de una supuesta “normalidad” que expulsa a quienes no se inscriben en ella. ¿Pensaste en todo lo que se considera “normal” y lo que no?

Se habla de heteronormatividad, heterosexismo o heterosexualidad obligatoria en referencia al paradigma que presenta a la heterosexualidad como natural y necesaria para el funcionamiento de la sociedad, y como el único modelo válido de relación sexual, afectiva y de parentesco. Se sostiene y reproduce a partir de instituciones que legitiman y privilegian la heterosexualidad y de variados mecanismos sociales que incluyen la invisibilización, exclusión y  persecución de todas las manifestaciones que no se adecuen a él.
La filósofa Judith Butler (2008) afirma que los ideales de masculinidad y feminidad han sido configurados como presuntamente heterosexuales, como si la heterosexualidad fuera un a priori, esto es, una estructura independiente de la experiencia. Este paradigma a su vez presupone la estabilidad del binarismo de género y depende de la alineación entre sexo, género, deseo y práctica sexual (Butler, 2008), sin dar a lugar a la ambigüedad, la contradicción o el movimiento. Además, es importante tener en cuenta que
… para garantizar el privilegio de la heterosexualidad –su estatus de normalidad y, lo que todavía es más fuerte, su carácter de naturalidad– son engendradas múltiples estrategias en las más diversas instancias (en la familia, en la escuela, en la Iglesia, en la medicina, en los medios, en la ley). (Lopes Louro, 2009, p. 89)
Entonces, la heteronormatividad, que no es lo mismo que ser heterosexual, se expresa en dar por supuesto que todas las personas que nos rodean son heterosexuales. Es también la asunción de que la heterosexualidad es más deseable que cualquier otra forma de vivir y expresar la sexualidad; es la base de las prácticas sociales discriminatorias hacia todo aquello que no se corresponda con la heterosexualidad. Esta actitud se emplea para justificar el maltrato, la discriminación y el abuso de personas que no se adecuan a la heterosexualidad normalizada; como consecuencia de ello, muchas interiorizan esta actitud, lo que les provoca una negación de sus propias identidades (Warner, 1993). Por ello, los intentos de establecer parámetros de validez, en la práctica, se traducen como violaciones de derechos humanos, de quienes no “encajan” con el modelo pre-establecido y muchas veces implican que las personas no accedan a un trabajo, al sistema educativo o que su salud y su seguridad estén en riesgo.
Las categorías, nociones y valoraciones en torno a la sexualidad son un terreno de constante batalla y redefinición. En la medida en que profundicemos la deconstrucción de los modelos únicos, que jerarquizan moral y políticamente las sexualidades, avanzaremos hacia una democratización de las sexualidades.

dia internacional diversidadEn este contexto en el que la Argentina se instituye como un país de avanzada en el reconocimiento de los derechos de la población LGTBI (lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersex), el desafío es transformar la igualdad jurídica en igualdad real, lo cual implica garantizar cotidianamente ámbitos laborales, sanitarios, educativos, recreativos, entre otros, respetuosos de la diversidad sexual y de género. Si bien los cambios legislativos significan un gran avance, en las prácticas sociales continúan arraigados prejuicios y estereotipos que sustentan la discriminación y que deben ser erradicados. En este sentido, nos proponemos revisar y problematizar conceptos y representaciones en los que hemos sido socializados, que se encuentran arraigados en nuestra cultura, y que muchas veces reproducimos sin indagar en sus implicancias.
En la República Argentina se ha conquistado un plexo normativo que ofrece la institucionalidad necesaria para el ejercicio efectivo de los derechos de todas las personas en igualdad de condiciones, independientemente de su orientación sexual y su identidad de género. Se trata de la Ley N° 26.618 –socialmente conocida como “ley de matrimonio igualitario”–, el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) N° 1006/2012, la Ley 26.743 de Identidad de Género, la Ley 26.862 de Reproducción Asistida y la reciente reforma y unificación del Código Civil y Comercial.
Hoy la defensa de los derechos de las personas LGBTTTIQ+ ocupa un lugar prioritario en la agenda pública y política. Para que todxs podamos vivir, en una sociedad más justa necesitamos trabajar mucho y juntxs, con el objetivo de que los prejuicios no nos ganen y podamos desarmar las ideas que intentan establecer jerarquías entre personas. Al fin y al cabo, todxs somos iguales.
Desde IUNMa te proponemos cambiar la mirada para transformar la realidad en una más libre, igualitaria y sin violencias para todas, todos y todes.


(Fuente INADI-Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades Sexuales)
Comunicación IUNMa