22 de noviembre de 2022 - Por Agustina Iglesias Skulj

Transformar un mandato en potencia política, madre de todes

Hebe de Bonafini



Qué palabras puedo usar sin que todo se transforme en un cliché vergonzoso y mediocre, qué puedo decir yo sin sentir que mi vida se empequeñece ante tu muerte.
¿Escoger la primera persona del singular para nombrarte cuando ninguna gramática te comprendería jamás, confeccionar un diccionario infinito e imposible para describirte, para recordarte? Solo cuento con fracciones, retazos, estribillos de canciones, imágenes en blanco negro y a todo color, tus anteojos rojos, tu pañuelo, tu voz, tus ojos….
En los noventas íbamos a los escraches, mis compañeres subides a los postes transformando las señales de tránsito en consignas de lucha; en contra del olvido que esa década quería imponernos, tocabas el portero eléctrico de las casas de los asesinos y sus vecines, arengabas consignas rabiosas, nos contabas anécdotas, aprendíamos a hacer política, a vivir políticamente.
Forjaste nociones comunes también para los feminismos populares que aprendimos que la victimización y la pasividad con la que pretenden definirnos cercena el campo de lo posible, de lo enunciable, de nuestras resistencias. Corriste definitivamente los límites entre el ámbito privado y el público, subvertiste los roles, siempre incorrecta.
Nos enseñaste que un cuerpo político solo puede expandirse a fuerza de una imaginación inclaudicable y un amor intenso.
Nos legaste gestos cotidianos que hacen una trama de vida militante, un inventario infinito de recursos y resistencias, una forma de existir aun cuando el horror pretendía adueñarse de todo.
Nos sentimos huérfanes, casi todes mis amigues dijeron eso cuando nos enteramos.  Nuestra vida está atravesada por la tuya.
Gracias por todo querida Hebe, vamos a recordarte siempre como la potencia de ser para otres.

 

Dra. Agustina Iglesias Skulj

Abogada/Doctora en Derecho/Criminóloga Transfeminista/Investigadora Independiente